19.5.14

SISTEMAS DE FACHADAS PREFABRICADAS DE HORMIGÓN

SISTEMAS DE FACHADAS PREFABRICADAS DE HORMIGÓN
Tipos de Fachadas
Clasificación de la fachadas
Se denomina fachada a cualquier paramento exterior de un edificio. Existen tres tipos de fachadas según su composición material, fachada in situ, fachada mixta y fachada prefabricada.
Fachada in situ, cerramientos constituidos por elementos pequeños para no considerarse prefabricados (ladrillos, bloques de hormigón, hormigón armado, etc.), que se colocan en obra sin necesidad de una modulación previa de ningún tipo, y que se termina exteriormente en la misma obra con materiales de las mismas características.
Fachadas mixtas, aquellas que aunque basándose en el tipo de cerramiento anterior, incorporan elementos prefabricados, además de la carpintería de los huecos.
Fachadas prefabricadas, cerramientos constituidos por elementos prefabricados, que llevan incluidas las partes componentes del cerramiento propiamente dicho, es decir, estructura, aislamiento y acabado exterior y que en obra sufren únicamente un proceso de montaje más o menos racionalizado y mecanizado.
Aplicaciones de las fachadas prefabricadas.
Las fachadas prefabricadas de hormigón pueden emplearse para diferentes tipologías de edificación, tales como:
‐ Edificios de viviendas, residenciales
‐ Edificios de oficinas, sedes de empresa
‐ Hoteles
‐ Edificios sociales
‐ Colegios, centros educativos, bibliotecas
‐ Hospitales, clínicas, centros de salud
‐ Instalaciones de servicios
‐ Instalaciones deportivas
- Edificaciones singulares
Ventajas de la fachadas prefabricadas
El cerramiento de fachadas a base de paneles de hormigón arquitectónico reúne una serie de ventajas y cualidades que ningún otro material de cerramiento las tiene. Podemos destacar las siguientes ventajas frente a otras soluciones tradicionales:
‐ Reducción de oficios y personal en la ejecución del cerramiento que se traduce en más seguridad y mejor coordinación del resto de los oficios de la obra.
‐ Rapidez de ejecución de la fachada, lo que supone un gran ahorro económico y una reducción en el plazo de la obra.
Toda edificación necesita una piel que le proteja y le aporte identidad y diferenciación frente a las demás. Las fachadas de hormigón arquitectónico ofrecen la solución a estas necesidades además de reunir excelentes cualidades
estéticas.
Las Fachadas de hormigón arquitectónico se conforman con paneles prefabricados de hormigón, destacando por la libertad que ofrece al proyectista gracias a la gran adaptabilidad de formas y tamaños, así como por reunir toda una serie de ventajas y cualidades como son:
‐ Durabilidad de la fachada
‐ Variedad en los acabados
‐ Rapidez de ejecución
‐ Flexibilidad en el diseño
‐ Sostenibilidad de la solución
‐ Aislamiento acústico
‐ Resistencia al fuego
‐ Inexistencia de escombros
‐ Reducción de oficios
‐ Seguridad en obra
‐ Mantenimiento reducido
‐ Eliminación de andamios
Propiedades de las fachadas prefabricadas
Las fachadas de hormigón arquitectónico poseen todas las ventajas que ofrece el hormigón: resistencia mecánica, resistencia al fuego, aislamiento acústico al ruido aéreo, comportamiento frente a las heladas, estanqueidad al agua y viento, propiedades térmicas y durabilidad.
Resistencia mecánica. El hormigón armado resiste las solicitaciones de compresión, tracción y flexión, siendo la resistencia que presenta a compresión la mayor de todas. Los paneles se arman para resistir los esfuerzos a los que van a estar sometido durante su vida útil.
Asimismo la resistencia a compresión del hormigón es una referencia del nivel de otras características como su comportamiento al impacto, al ruido, a los ciclos de hielo‐deshielo, al envejecimiento y a la abrasión, entre otras.
Resistencia al fuego. Las fachadas de hormigón arquitectónico constituyen una elevada barrera de protección contra al fuego al estar clasificadas como A1 de reacción al fuego.
La resistencia al fuego de los paneles de hormigón satisface los criterios de integridad (E) y aislamiento (I) en función de su espesor.
En la siguiente tabla se muestra la resistencia al fuego de los paneles en función de su espesor mínimo. Además la esbeltez geométrica, relación entre la altura del panel y su espesor, debe ser inferior a 40.


Aislamiento acústico al ruido aéreo. Las fachadas de hormigón arquitectónico debido a su alta densidad poseen un excelente comportamiento frente al ruido aéreo.
Una de las características que define la capacidad del aislamiento acústico es la masa del elemento de cerramiento.
En el siguiente tabla se muestra el índice global de reducción acústica de los paneles, ponderado A (RA) en función del espesor de los paneles (e), para un hormigón de densidad 2.400 Kg/m3.


m ≤ 150 kg/m2 RA = 16,6·lgm + 5 (dBA)
m ≥ 150 kg/m2 RA = 36,5·lgm – 38,5 (dBA)
Comportamiento frente a las heladas. Los paneles de hormigón al estar fabricados bajo exhaustivos controles, permiten obtener un hormigón de alta calidad, muy compacto, con áridos y granulometrías ensayadas, que se traduce en un alto comportamiento frente a las heladas.
Para impedir crear zonas horizontales donde el agua se pueda almacenar, es conveniente darle a éstas una pequeña pendiente, crear drenajes o emplear hormigones aún más impermeables. Con todo esto se evitan zonas de agresión al hormigón y de envejecimiento diferencial que perjudican el aspecto del edificio.
Estanqueidad al agua y viento. Las fachadas de hormigón arquitectónico han solucionado los problemas de humedad y posibles entradas de aire al constituir en sí mismo un material homogéneo.
Para asegurar el total cerramiento de la fachada, la junta de unión entre los paneles se cierra con un sellado elástico que garantiza su hermetismo y evita que se puedan producir entradas de aire o agua.
Propiedades térmicas. La resistencia térmica de los paneles prefabricados viene establecida por el espesor (e) y la conductividad térmica de los mismos (λ).
La conductividad térmica de un panel de hormigón de densidad 2.400 Kg/m3, en condiciones secas es de aproximadamente 1,6 W/mK.
La resistencia térmica (R) de las fachadas de hormigón arquitectónico se complementa y mejora con el trasdosado interior.
Durabilidad. Los paneles de hormigón prefabricado se proyectan para que soporten las acciones mecánicas a las que van a estar sometidos y además para que sean duraderos a las acciones ambientales de tipo físico y químico.
Un hormigón bien elaborado presenta una buena durabilidad al desgaste y una buena protección frente a la corrosión de las armaduras en condiciones ambientales normales. En condiciones ambientales extremas, los paneles de hormigón son una excelente solución al admitir multitud de tratamientos superficiales o en masa, que permiten dar la protección específica a cada circunstancia en particular.
En la siguiente tabla se muestran los recubrimientos mínimos en función de la clase de exposición.


Tipos de paneles
Dependiendo de su función dentro del edificio, el revestimiento de hormigón o panel, puede ser diseñado como portante o no portante, ya sea de piel simple o piel doble.
Paneles resistentes o portantes
Las fachadas portantes o paneles portantes soportan y trasmiten las cargas verticales de los pisos y la estructura. También pueden contribuir a la estabilidad horizontal del edificio. Por ello se requiere un análisis adecuado para comprobar que la flexión y compresión combinadas son admisibles para el elemento.


Paneles no resistentes o autoportantes
Las fachadas o paneles autoportantes solamente soportan las cargas del viento, la estabilidad horizontal, nieve y térmicas. También puede recibir las cargas de los elementos de carpintería que puedan soportar y las acciones exteriores sobre los mismos. Estos elementos pueden suprimirse sin afectar a la estabilidad del conjunto ni a la estructura. Este tipo de paneles prefabricados solo cumplen la función de envolvente, y se limitan a una función de cerramiento en cuyo caso soportan solo su propio peso.


Paneles sandwich – Fachada de doble piel
Como aislamiento térmico, una solución habitual pero no la más óptima, es el elemento sandwich con placas de unión rígidas. En esta solución el panel es una pieza monolítica de hormigón armado que tiene incluida en una gran parte de su superficie una capa de material para aislante térmico. Sin embargo, el sistema presenta en número elevado de puentes térmicos que deben ser tenidos en cuenta a la hora del cálculo del aislamiento. Cuando el elemento sandwich es con placas de hormigón independientes y libremente dilatables, no existen los puentes térmicos aunque el hecho de que las dos placas de hormigón, la exterior y la interior sean libremente dilatables, complica la construcción y ejecución del panel. Ambos paneles se unen mediante sistemas de atado entre placas independientes que hacen que el panel dilate libremente. Se trata de elementos metálicos que cosen ambas placas de hormigón.
La fachada de doble piel es una construcción de fachada sandwich en el que las dos hojas de hormigón, la hoja de dentro y fuera se fabrican por separado. Como ventajas respecto al panel sandwich se pueden considerar, la gran flexibilidad en el diseño de la fachada exterior, la posibilidad de utilizar diferentes materiales, el aislamiento continuo a lo largo de la fachada y el tratamiento de unidades prefabricadas simples. Coexistiendo con desventajas importantes como la mayor cantidad de unidades prefabricadas y número de conexiones, y la mayor manipulación, transporte y almacenamiento de los paneles prefabricados.




Elementos especiales – Prefabricados a medida
Además de servir como elementos de cerramiento exterior e interior, el hormigón prefabricado tiene otros muchos usos, también con fines decorativos en los edificios. Existen numerosos ejemplos tales como unidades de balcón, cornisas, antepechos, zócalos, etc.

Juan Francisco Sánchez Hurtado

9.5.14

CONTENIDO DEL ESTUDIO GEOTÉCNICO (II)

5. DISTRIBUCIÓN DE UNIDADES GEOTÉCNICAS
En el estudio se recogerá la distribución de unidades geotécnicas diferentes, sus espesores, extensión e identificación litológica, hasta la profundidad establecida en los reconocimientos.
6. NIVEL FREÁTICO
Se recogerá la profundidad de las aguas freáticas y las oscilaciones de las mismas.
7. CARACTERÍSTICAS GEOTÉCNICAS DEL TERRENO
Los resultados del estudio, incluyendo la descripción del terreno, se referirán a las distintas unidades geotécnicas detectadas.
De cada una de las unidades geotécnicas relevantes se dará su identificación, en los términos contenidos en las tablas del DB SE-C Capitulo 3, y de acuerdo con los ensayos y otra información de contraste utilizada, los parámetros esenciales para determinar la resistencias de cada unidad geotécnica, tales como densidad, rozamiento, cohesión, y los de deformabilidad, expansividad, colapso, parámetros de agresividad de agua y terreno, y los coeficientes sismorresistentes, si fuere necesario.
Como Anejo, se elegirán los perfiles geotécnicos longitudinales y transversales que mejor representen la distribución de estas unidades. Para los edificios de categoría C-0 y C-1 el número de perfiles mínimo será de dos y para el resto de tres. Se determinará en su caso la unidad geotécnica resistente, así como las agrupaciones de unidades geotécnicas de similares características.
Igualmente se recogerá la profundidad de las aguas freáticas y, en su caso, las oscilaciones de las mismas.
8. SISMICIDAD
En municipios con aceleración sísmica de al menos 0,08 g, o si se ha solicitado expresamente, de cada sondeo, se identificará la clasificación de cada unidad geotécnica o estrato a efectos de su comportamiento sísmico, según la NSCE-02.
Si los resultados de los distintos sondeos son diferentes, se concluirá, justificadamente, el valor C con el que debe obtenerse tanto la acción sísmica del emplazamiento, como el cálculo de dicho efecto en el edificio y sus cimientos. La justificación será tanto más matizada cuanto más se aparte el valor de C de 1,15.
9. CONCLUSIONES
Se comentaran las posibles alternativas de solución de cimentación, excavación o elementos de contención en su caso, técnica y económicamente viables, se establecerán de acuerdo con los problemas planteados así como de la posible interacción con otros edificios y servicios próximos e incluirá los anejos necesarios.
En este apartado, las conclusiones y recomendaciones se recogerán de tal forma que se puedan adoptar las soluciones más idóneas para la realización del proyecto para el que se ha hecho el estudio geotécnico. Asimismo se indicarán los posibles trabajos complementarios a realizar en fases posteriores, antes o durante la obra, a fin de subsanar las limitaciones que se hayan podido observar.
Las recomendaciones antedichas serán cualitativas y cuantitativas, concretando todos los valores necesarios con la precisión requerida para ser utilizados para el análisis y dimensionado de los cimientos, los elementos de contención o el movimiento de tierras.
Las conclusiones, en función del tipo de cimentación, deben establecer los valores y especificaciones necesarios para el proyecto relativos a:
9.1. COTA DE CIMENTACIÓN
Debe hacerse una referencia a la cota de cimentación o a la cota a la cual es admisible una carga.
9.2. PRESIÓN VERTICAL ADMISIBLE
La presión vertical admisible y de hundimiento, se dará en valor total y, en su caso, efectivo, tanto bruta como neta.
En el caso de pilotes, la resistencia al hundimiento se desglosará en resistencia por punta y por fuste.
9.3. ASIENTOS
Asientos y asientos diferenciales, esperables y admisibles para la estructura del edificio y de los elementos de contención que se pretende cimentar.
9.4. ELEMENTOS DE CONTENCIÓN
Para el dimensionado de elementos de contención se darán los parámetros geotécnicos del terreno.
Para el dimensionado de elementos de pantallas u otros elementos de contención se darán datos de la ley “tensiones en el terreno-desplazamiento”.
9.5. MÓDULO DE BALASTO
Para idealizar el terreno en cálculos de dimensionado de cimentaciones y elementos de contención, mediante modelos de interacción suelo-estructura.
Imprescindible en casos de cimentación por LOSA.
9.6. RESISTENCIA DEL TERRENO FRENTE A ACCIONES HORIZONTALES
Empujes del terreno: activo, pasivo y reposo.
9.7. RIPABILIDAD
Clasificación del terreno desde el punto de vista de su ripabilidad (excavabilidad), procedimiento de excavación y terraplenado más adecuado.
Taludes estables en ambos casos, con carácter definitivo y durante la ejecución de las obras.
9.8. NIVEL FREÁTICO
Situación del nivel freático y variaciones previsibles. Influencia y consideración cuantitativa de los datos para el dimensionado de cimentaciones, elementos de contención, drenajes, taludes e impermeabilizaciones.
La proximidad a ríos o corrientes de agua que pudieran alimentar el nivel freático o dar lugar a la socavación de los cimientos, arrastres, erosiones o disoluciones.
9.9. AGRESIVIDAD
Cuantificación de la agresividad del terreno y de las aguas que contenga, para su calificación al objeto de establecer las medidas adecuadas a la durabilidad especificada en cimentaciones y elementos de contención, de acuerdo con los Documentos Básicos relativos a la seguridad estructural de los diferentes materiales o la instrucción EHE.
9.10. ACCIÓN SÍSMICA
Caracterización del terreno y coeficientes a emplear para realizar el dimensionado bajo el efecto de la acción sísmica.
9.11. DATOS RELATIVOS AL TERRENO Y A LAS AGUAS
Cuantificación de cuantos datos relativos al terreno y a las aguas sean necesarios para el dimensionado del edificio, en aplicación de este DB, otros Documentos Básicos relativos a la seguridad estructural de los diferentes materiales o la instrucción EHE, y a otros DB, especialmente al DB-HS (Habitabilidad: Salubridad).
Se indicará el coeficiente de permeabilidad del terreno.
9.12. EXCAVACIÓN
Cuantificación de los problemas que pueden afectar a la excavación especialmente en el caso de edificaciones o servicios próximos existentes y las afecciones a éstos.
9.13. ASPECTOS CONSTRUCTIVOS
Relación de asuntos concretos, valores determinados y aspectos constructivos a confirmar después de iniciada la obra, al inicio de las excavaciones, o en el momento adecuado que así se indique, y antes de ejecutar la cimentación, los elementos de contención o los taludes previstos.

8.5.14

CONTENIDO DEL ESTUDIO GEOTÉCNICO

1. ANTECEDENTES
El estudio geotécnico incluirá los antecedentes y datos recabados.
2. DATOS BÁSICOS
- Dimensiones y superficie de ocupación del edificio.
- Definición del tipo de construcción (C0, C1, C2 y C3).




3. MARCO GEOLÓGICO
En este punto se tratará de dar una visión general de la geología en el ámbito de estudio y se definirán los niveles o unidades geotécnicas presentes.
4. TRABAJOS DE RECONOCIMIENTO EFECTUADOS
4.1. PROSPECCIÓN
La prospección del terreno podrá llevarse a cabo mediante calicatas, sondeos mecánicos, pruebas continuas de penetración o métodos geofísicos.
En los reconocimientos de los tipos de construcción C-0 y grupo de terreno T-1, las pruebas de penetración deben complementarse siempre con otras técnicas de reconocimiento como podrían ser calicatas.
En otros casos, en el reconocimiento se podrán utilizar las pruebas de penetración para la identificación de unidades geotécnicas, que deben contrastarse mediante sondeos mecánicos.
No se pueden utilizar exclusivamente métodos geofísicos para caracterizar el terreno, debiendo siempre contrastarse sus resultados con los sondeos mecánicos.
4.1.1. DENSIDAD Y PROFUNDIDAD
Para su definición se tendrá en cuenta el tipo de edificio, la superficie de ocupación en planta y el grupo de terreno.
La profundidad planificada de los reconocimientos debe ser suficiente para alcanzar una cota en el terreno por debajo de la cual no se desarrollaran asientos significativos.
Esta cota puede definirse como la correspondiente a una profundidad tal que el aumento neto de tensión en el terreno bajo el peso del edificio sea igual o inferior al 10% de la tensión efectiva vertical existente en el terreno en esa cota antes de construir el edificio, a menos que se haya alcanzado una unidad geotécnica resistente tal que las presiones aplicadas sobre ella por la cimentación del edificio no produzcan deformaciones apreciables.
El aumento neto de tensión en el terreno, podrá determinarse utilizando los ábacos y tablas existentes en la literatura geotécnica de uso habitual ó también, de forma aproximada, suponiendo que la carga del edificio se distribuye uniformemente en cada profundidad sobre una superficie definida por planos que, buzando hacia el exterior del área cargada en la superficie del terreno, alcanzan dicha profundidad con líneas de máxima pendiente 1H:2V.
La unidad geotécnica resistente debe comprobarse a una profundidad de al menos 2+0,3m por cada planta que tenga la construcción.
En el caso de que se prevean cimentaciones profundas se llevarán a cabo las comprobaciones indicadas anteriormente suponiendo que la cota de aplicación de la carga del edificio sobre el terreno es la correspondiente a una profundidad igual a las dos terceras partes (2/3) de la longitud de los pilotes.
En el caso de pilotes columna la profundidad investigada alcanzará aproximadamente cinco diámetros (5D) por debajo de la punta del pilote previsible a utilizar.
4.1.2. PUNTOS DE RECONOCIMIENTO
El mínimo de puntos a reconocer será 3.
Las distancias máximas según:


En el caso en el que las distancias máximas excedan de las dimensiones de la superficie a reconocer, deben disminuirse hasta que se cumpla con el número de puntos mínimos.
El número mínimo de puntos de sondeos mecánicos y el porcentaje del total de puntos de reconocimiento que pueden sustituirse por pruebas continúas de penetración cuando el número de sondeos exceda el mínimo que viene especificado en la siguiente tabla:


En el caso de terrenos T3 se intercalaran puntos de reconocimiento en las zonas problemáticas hasta definirlas adecuadamente.
4.1.3. TOMA DE MUESTRAS
En la toma de muestras se deben cumplir unos requisitos diferentes según el tipo de ensayo que se vaya a ejecutar sobre la muestra obtenida.
Se especifican tres categorías de muestras:
a) muestras de categoría A: son aquellas que mantienen inalteradas las siguientes propiedades del suelo: estructura, densidad, humedad, granulometría, plasticidad y componentes químicos estables;
b) muestras de categoría B: son aquellas que mantienen inalteradas las siguientes propiedades del suelo: humedad, granulometría, plasticidad y componentes químicos estables;
c) muestras de categoría C: todas aquellas que no cumplen las especificaciones de la categoría B.
Una vez extraídas las muestras se procederá a su parafinado o protección adecuada y se trasladarán al laboratorio de ensayo en las mejores condiciones posibles.
Además de las muestras de suelo o roca señaladas, el reconocimiento geotécnico debe incluir la toma de muestras de agua de los distintos acuíferos encontrados.
4.1.4. CARACTERIZACIÓN DE MACIZOS ROCOSOS
El macizo rocoso se caracterizará por la resistencia de la roca matriz, que debe matizarse con otras propiedades de su discontinuidad, como son: apertura, rugosidad, tipo de relleno, espaciamiento, índice de fracturación, persistencia, clase RQD, o presencia de agua.
4.2. TRABAJOS DE LABORATORIO
De todas las muestras se hará una descripción detallando aspectos que no son objeto de ensayo, como el color, olor, litología de las gravas o de la roca, presencia de escombros o materiales artificiales, etc., así como el tipo de la categoría A, B o C.
El número de determinaciones del valor de un parámetro de una unidad geotécnica investigada será el adecuado para que éste sea fiable. Deberá procurarse que los valores se obtengan de muestras procedentes de puntos de investigación diferentes, una vez que se hayan identificado como pertenecientes a la misma capa.
Las determinaciones se podrán obtener mediante ensayos en laboratorio, o si es factible con ensayos in situ, aplicando las oportunas correlaciones si fueran necesarias.
Para cada unidad geotécnica que pueda ser afectada por las cimentaciones, se establece el número ensayos indicados en la tabla 3.7. Este número se considera orientativo y corresponde a edificios C-1 ó C-2.


Para edificios C-3 o C-4 los valores del cuadro se recomienda incrementarlos en un 50%. Para terrenos tipo T-3 se decidirá el tipo y número de determinaciones, que nunca serán inferiores a las indicadas para el T-2.
Se distinguirá entre aquellos suelos cuya proporción en finos (limo + arcilla) sea inferior al 35% y los que superen dicha proporción, pudiéndose denominar unos y otros tal y como se indica en las tablas D.20 y D.21.


La acidez Baumann-Gully y el contenido en sulfatos, detectados en muestras de suelo y rocas, así como determinados componentes químicos, presentes en el agua freática, permiten clasificar la agresividad química del terreno frente al hormigón, tal y como se indica en la tabla D.22 clasificación de la agresividad química recogida en la Instrucción de Hormigón Estructural EHE.


La EHE establece el empleo de cementos que posean resistencia adicional a los sulfatos, según la norma UNE 80303:96, para una exposición tipo Q, es decir, siempre que el contenido en sulfatos del terreno sea igual o mayor a 3000 mg/kg (SO4-2 en suelos ≥ 3000 mg/kg) y de 600 mg/kg en el agua freática (SO4-2 en aguas ≥600 mg/l).

5.5.14

TEMPERATURA Y CONDENSACIONES EN CERRAMIENTOS (II)

Cálculo de condensaciones en el interior de los cerramientos
El vapor de agua producido en el interior de un local aumenta la presión de vapor del aire ambiente y esto ocasiona una diferencia de presión de vapor entre los ambientes interno y externo en virtud de la cual se produce un proceso de difusión de vapor a través del elemento separador de los dos ambientes, desde el ambiente con más presión de vapor, generalmente el interior, hacia el ambiente con menos presión de vapor, generalmente el exterior.
En este fenómeno de transporte de vapor a través del cerramiento, si en algún punto de su interior la presión de vapor es superior a la de saturación en ese punto, o dicho de otra forma, si la temperatura en ese punto es inferior a la de rocío del vapor en el mismo se producirá condensación de vapor de agua.
Al producirse el fenómeno de condensación existe un desprendimiento de calor. Esto, junto a la influencia de la capilaridad del material, hace que la difusión sea un problema de bastante complejidad, no siempre gobernado por las leyes simples de la difusión de gases, lo que obliga, a efectos prácticos, a la introducción de ciertas hipótesis simplificadoras. Así, el fenómeno de la difusión del vapor de agua en este campo se estudia de una manera análoga al de la transmisión de calor en régimen permanente, es decir, en el proceso inicial de la condensación, cuando la cantidad de agua condensada sea tal que se considere que no ha habido lugar a fenómenos secundarios.
El cálculo para predecir si existirán o no condensaciones en el interior del cerramiento puede abordarse de la siguiente manera:
1.° Calculando, analítica o gráficamente, la temperatura estructural del cerramiento según el método propuesto.
2.° Calculando, analítica o gráficamente, la temperatura de rocío correspondiente a todos los puntos del cerramiento desde sus superficies interior a la exterior.
3.° Comparando ambas temperaturas, en aquellos puntos en que la temperatura del cerramiento sea igual o inferior a la de rocío podrán producirse condensaciones intersticiales.
Planteado anteriormente el cálculo de la temperatura estructural del cerramiento, se plantea en el 2.° punto el cálculo de la temperatura de rocío a través del cerramiento. Para ello necesitaremos conocer la resistencia al vapor Rv de los materiales que constituyen el cerramiento.
Esta resistencia es el resultado de multiplicar su resistividad al vapor rv por su espesor.
Los valores de resistividades al vapor rv, o sus inversos:
las permeabilidades al vapor dv.
Conocida la diferencia de presiones de vapor entre los ambientes interior y exterior Pvi – Pve, la caída de dicha presión a través del cerramiento es directamente proporcional a la resistencia al vapor del mismo. En un cerramiento formado por varias hojas o capas con distintos valores de resistencia al vapor, la caída de presión en cada hoja es análogamente proporcional a la resistencia de dicha hoja.
Puede establecerse así que:


siendo:
DPvn caída de presión de vapor en la hoja n, en mbar.
Pvi presión de vapor del aire interior, en mbar.
Pve presión de vapor del aire exterior, en mbar.
Rvn resistencia al vapor de la hoja n, en MN s/g o mmHg m2 día/g.
en espesor de la capa n, en m.
rvn resistividad al vapor de la capa n, en MN s/g m o mmHg m2 día/g cm.
RvT resistencia al vapor total del cerramiento en MN s/g o mmHg m2 día/g.
Conocidos punto a punto las presiones de vapor correspondientes al cerramiento es posible por medio del ábaco psicrométrico o de la tabla de presiones de saturación conocer la temperatura de rocío de cada punto.
Esta temperatura de rocío comparada con la estructural nos permitirá conocer punto a punto, de modo analítico o gráfico si es en todo momento inferior a la estructural, con lo cual no existirá riesgo de condensaciones. En caso contrario podremos determinar en qué parte del cerramiento pueden producirse éstas. Este cálculo permite tomar las decisiones que tiendan a evitarlo como inclusión de barreras de vapor, nueva ordenación de las hojas, aumento del espesor del aislamiento, etc.
Gráficamente, este cálculo puede llevarse a las figuras siguientes en las que a título de ejemplo se ha dispuesto un cerramiento con tres hojas de materiales y espesores diferentes.


Prevención de condensaciones en el interior de los cerramientos
En los cerramientos en los que se incluya un material aislante debe comprobarse que no existen condensaciones en el aislamiento. En el caso de que el cerramiento sea una cubierta, se comprobará que no existe condensación en la misma, si bien se podrán admitir condensaciones cuando éstas no perjudiquen al material donde se forman y además puedan ser evacuadas al exterior sin que mojen por transmisión o goteo al material aislante o pueda penetrar en el interior de los locales.
En cerramientos verticales de dos hojas en los que la cámara pueda ir rellena total o parcialmente con el aislamiento se tomarán medidas para lograr que el aislamiento no absorba humedad, como no poner en contacto con la pared exterior el aislamiento, cuando exista la posibilidad de que el agua de lluvia pueda llegar hasta él. Para ello, existirá al menos un centímetro de distancia entre el aislamiento y la hoja exterior, y ésta tendrá los dispositivos de evacuación necesarios para evitar embolsamientos de agua. A título de recomendación pueden existir orificios de evacuación con pendiente hacia el exterior, con un diámetro no inferior a 10 mm, y protegidos suficientemente para que no dejen penetrar en el interior de la cámara el agua de lluvia acompañada de presión de viento.
Otra recomendación para evitar la condensación intersticial en cerramientos puede ser el empleo de barreras de vapor que aumentarán la resistencia al paso del vapor en la parte caliente de los cerramientos. En ningún caso deberán colocarse en la parte fría. También puede conseguirse este efecto disminuyendo la resistencia al vapor en la parte fría del cerramiento, que en el caso de muros puede conseguirse, como se dijo anteriormente, con la pequeña ventilación por medio de orificios en el caso de muros o cubiertas con cámara.
En muros con cámara de aire suelen presentarse condensaciones de vapor de agua preferentemente en el lado frío de la cámara.
En cuanto a los acabados interiores absorbentes, éstos hacen posible la absorción del agua de condensación que eventualmente se pueda tolerar, evaporándola al medio ambiente en los momentos de sequedad.
Abaco psicrométrico y tabla de presiones de vapor
En el ábaco psicrométrico adjunto se muestra la interdependencia de la humedad relativa, en la escala a la izquierda, la temperatura seca en la escala horizontal, y la masa de vapor de agua por masa de aire seco con su equivalencia en presión de vapor, de mbar, en la escala de la derecha.
A título de ejemplo, para aclarar su utilización, puede decirse que si la temperatura seca exterior del aire es 0 °C y el aire contiene 3,4 g/kg de aire seco, la humedad relativa es del 90 %, y existe una presión de vapor de 5,4 mbar. Esta puede ser una típica condición del aire en invierno. En el diagrama es el punto A. Este mismo aire, con la misma cantidad de agua por masa de aire seco, calentado a 20 °C pasa a tener una humedad relativa del 23 %, lo cual nos demuestra lo que sucede cuando introducimos este aire exterior para ventilación y lo calentamos.
En el diagrama es el punto B. Si a este aire le aportamos 7 g/kg como resultados de actividades normales en un edificio, a la misma temperatura, su humedad relativa ascenderá al 70 % con una presión de vapor de 16,5 mbar, y un contenido de 10,4 g/kg. En el diagrama es el punto C.
Finalmente, podemos ver este mismo aire para alcanzar la saturación tendrá que bajar al menos su temperatura a 14,5 °C.
En la Tabla 4.1 se dan, a efectos de facilitar los cálculos, las presiones de saturación de vapor de agua en el aire, en mbar, para temperaturas secas comprendidas entre +25 y –10 °C.
Permeabilidad al vapor de materiales empleados en cerramientos
Los datos que aparecen en estas tablas de algunos materiales utilizables en cerramientos, son valores típicos indicativos para los cálculos que se precisan en esta Norma. Pueden tomarse valores más estrictos cuando el material disponga de datos avalados por Marca o Sello de Calidad y en su defecto se disponga de ensayos realizados en los últimos dos años por laboratorios oficiales.
Los valores aparecen en unidades tradicionales y entre paréntesis en el Sistema Internacional S.I.


Los valores de las tablas se dan, a efectos de facilitar los cálculos, en forma de resistividades y resistencias al vapor, es decir, los valores inversos de la permeabilidad y permeancia respectivamente, que suelen ser los datos ofrecidos por los fabricantes.




26.4.14

TEMPERATURA Y CONDENSACIONES EN CERRAMIENTOS

1. Principios generales
El aire atmosférico contiene cierta cantidad de vapor de agua que varía de una manera cíclica con los cambios estacionales o circunstancial, dependiendo de la producción esporádica de vapor de agua.
A una temperatura dada el aire no puede contener en estado de vapor más que una cantidad de agua inferior a un nivel máximo denominado de saturación (13 g/kg a 18 °C, por ejemplo).
Cuando el contenido de vapor de agua es menor (10,4 g/kg, por ejemplo), el aire no está saturado y se caracteriza por su humedad relativa o relación entre el peso o presión de vapor de agua existente y el vapor de agua saturante (10,4/13 = 80%).
La presión de saturación será más elevada a medida que la temperatura del aire sea más alta, como se ve en el ábaco psicrométrico adjunto al final del anexo. Una masa de aire inicialmente no saturada (80% a 18 °C, por ejemplo) llevada a una temperatura más baja puede alcanzar el nivel de saturación sin necesidad de ver modificada su presión de vapor de agua. A partir de este punto parte del vapor de agua se condensará en estado líquido. La temperatura a partir de la cual se produce esta condensación se denomina punto de rocío del ambiente considerado (14 °C, en este ejemplo).
Así, pues, se producirá siempre el fenómeno de la condensación cuando el aire descienda su temperatura hasta un nivel igual o inferior a su punto de rocío, o cuando el vapor contenido en el aire se encuentre en contacto con un cerramiento u objeto cuya temperatura sea inferior al punto de rocío.
2. Gradiente de temperaturas en los cerramientos
Debido a la diferencia de temperaturas del aire a ambos lados de los cerramientos, se produce un movimiento o flujo de calor desde el lado más caliente al más frío. La magnitud de este intercambio depende directamente de la resistencia térmica que ofrezca dicho cerramiento.
En estado estacionario, este flujo de calor producirá un gradiente de temperatura en el cerramiento que nos permitirá conocer la temperatura de cualquier punto del mismo.
Para realizar este cálculo pueden seguirse dos procedimientos: uno analítico y otro gráfico, resultando éste generalmente más cómodo.
Analíticamente puede establecerse que:


donde:
Ti Es la temperatura del ambiente interior, en °C.
Te Es la temperatura del ambiente exterior, en °C.
ti Es la temperatura superficial interior del cerramiento, en °C.
RT Es la resistencia térmica total del cerramiento en h m2 °C/kcal (m2 °C/W).
1/hi Es la resistencia térmica superficial interior del cerramiento, en h m2 °C/kcal (m2 °C/W).
Lo que gráficamente se expresa en las figuras en diagramas de temperaturas-resistencias térmicas y temperaturas-espesor.


En un cerramiento formado por varias hojas la caída de temperatura de cada una de las hojas puede calcularse:


Donde:
Dtn Caída de temperatura en la hoja n, en °C.
Ti y Te Definidos anteriormente.
en Espesor de la hoja n, en m.
ln Conductividad térmica de la hoja n, en kcal/h m °C (W/m °C).
RT Definido anteriormente.
rn Resistencia térmica de la hoja n.
DT Diferencia de temperaturas exterior e interior, te – ti.
La expresión gráfica se da en las figuras adjuntas que permiten calcular gráficamente la temperatura estructural del cerramiento.
3. Cálculo de condensaciones superficiales
Los factores que intervienen en la posibilidad de que se produzcan condensaciones superficiales interiores en un cerramiento son:
• Coeficiente de transmisión térmica K del cerramiento.
• Temperatura Ti y humedad relativa HR del ambiente interior (factores que determinan la temperatura o punto de rocío tr) y
• Temperatura del aire exterior Te.
Como se vio en el apartado 2 la diferencia de temperaturas entre el aire interno de un local y los cerramientos que lo delimitan es proporcional al poder aislante de éstas y a la diferencia de temperaturas entre los ambientes interior y exterior.
De aquí se deduce que, en un régimen estable de paso de calor, la temperatura superficial interna de una pared se obtiene de la expresión:


donde las notaciones tienen el mismo significado que en 2.
Para la resistencia térmica superficial interior 1/hi se tomarán los siguientes valores, tomados de la Tabla 2.1 del Anexo 2:
0,13 h m2 °C/kcal, (0,11) m2 °C/W, para cerramientos verticales con flujo de calor horizontal.
0,11 h m2 °C/kcal, (0,09) m2 °C/W, para cerramientos horizontales con flujo de calor de abajo arriba.
(0,20 h m2 °C/kcal, (0,17) m2 °C/W, para cerramientos horizontales con flujo de calor de arriba abajo.
Con los ábacos siguientes puede obtenerse gráficamente el valor de la diferencia entre la temperatura del aire interior Ti y la temperatura superficial interior ti del cerramiento. Entrando para cada ábaco con la diferencia de temperaturas interior y exterior, Ti – Te, se corta horizontalmente a la recta correspondiente al valor de K del cerramiento y en la vertical se obtiene el valor de la diferencia Ti – ti.


Por ejemplo, para una temperatura interior de 18 °C, exterior de 0 °C y un cerramiento vertical con K = 1,50 kcal/h m2 °C, la diferencia entre la temperatura del ambiente interior y la de la superficie interior del cerramiento será de 3,6 °C.


De este valor podremos deducir el de ti, que nos permite saber que no habrá condensaciones superficiales mientras se cumpla la condición:


Siendo tr la temperatura o punto de rocío del ambiente interior a una temperatura Ti y humedad relativa HR dadas.
El valor de tr puede obtenerse en el ábaco psicrométrico adjunto. Análogamente, para unos valores dados de ti y Ti puede determinarse cuál es el valor de la humedad relativa HR interior con la que se producirán condensaciones superficiales.
4. Eliminación del riesgo de condensación superficial por renovación de aire
La elevación de la humedad relativa en un local está limitada por la renovación del aire interior por aire con menor presión de vapor procedente del ambiente exterior o de otro local próximo. Si Pvi y Pve son, respectivamente, las presiones de vapor de agua interior y exterior, N el número de renovaciones horarias de aire, el producto (Pvi – Pve)N la cantidad de vapor eliminada, en gramos por hora y por metro cúbico de local y V la cantidad de vapor de agua producida de una manera continua en el tiempo y en el espacio, es decir, en g/m3 h, el riesgo de condensación se evitará cuando:


Siendo Pvi menor o igual a la presión de vapor de saturación a la temperatura superficial interior ti.
La presión de vapor exterior Pve debe estimarse para los cálculos como la correspondiente a la temperatura mínima media del mes más frío con una humedad relativa del 95%.
La presión de vapor interior Pvi será la correspondiente a la temperatura interior de uso del local con una humedad relativa interior que no podrá ser superior al 75%, excepto los locales húmedos como cocinas o baños donde eventualmente se admite que sea del 85%.
Cuando en el local exista un sistema de calefacción seca será suficiente para los cálculos estimar que la humedad relativa interior es del 60%.
Como orientación a la producción típica de vapor de agua, en una vivienda de tres dormitorios pueden darse 7 kg/día, correspondientes a las siguientes fuentes de emisión:


A estas fuentes regulares de emisión de vapor de agua pueden añadirse otras eventuales.
5. Eliminación del riesgo de condensación superficial por mejora del aislamiento térmico del cerramiento
Otra de las vías posibles para evitar la condensación de agua sobre las superficies interiores de un cerramiento exterior es el aumento del aislamiento térmico del cerramiento mediante el suplemento de un material aislante o incremento del espesor del que inicialmente se ha proyectado.
A continuación se expone el procedimiento de cálculo del espesor mínimo de este aislamiento suplementario.
Sustituyendo en la expresión del apartado 3 la temperatura superficial interior ti por la temperatura de rocío del aire interior tr y operando, el coeficiente de transmisión de calor queda:


en la que Te es el valor de la temperatura exterior. Si se considera que la resistencia térmica total del muro aislado 1/K es la suma de la resistencia térmica de éste sin aislar 1/K0 más del aislamiento e/l, se tiene que:


donde:
e Espesor del material aislante suplementario, en m.
l Conductividad térmica del aislamiento en kcal/m h °C (W/m °C).
Ko Coeficiente de transmisión de calor del cerramiento sin aislamiento, en kcal/m2 h °C (W/m2 °C).
Sustituyendo en la segunda fórmula el valor de K dado en la primera, y operando se obtiene:


que da el espesor de un aislamiento suplementario de conductividad térmica l para el cual no se producen condensaciones superficiales en un cerramiento de resistencia térmica 1/K0 para unas condiciones higrométricas del aire ambiente dadas.
6. Otras recomendaciones para evitar condensaciones superficiales interiores
En climas fríos e incluso templados, no se puede garantizar la ausencia de condensaciones superficiales interiores, especialmente en viviendas, en tanto en cuanto éstas no dispongan de un sistema de calefacción uniforme, y de una correcta ventilación.
En edificios que carezcan de calefacción, el revestimiento interior, preferiblemente será de un material absorbente que no se deteriore con la humedad y se recomienda colocar una pintura fungicida. La calefacción de que estén dotadas algunas de las habitaciones, será preferiblemente seca, y en el caso de que así no lo sea, se recomienda evacuar directamente al exterior los productos de la combustión. En los locales con mayor humedad ambiente, cocinas, aseos y baños, el revestimiento es aconsejable que sea impermeable y deben estar dotados de una extracción de aire permanente, extracción que, en la cocina, es aconsejable que esté localizada en la zona de mayor producción de vapor y dotada de la campana correspondiente.
En los cerramientos con puentes térmicos, se recomienda que la diferencia de temperaturas entre el ambiente interior y las diversas partes del cerramiento cumpla la relación:


siendo:
Ti temperatura ambiente interior.
ti temperatura superficial interior, que será mínima en el puente térmico y normal en la parte normal del muro.
A estos efectos se consideran fachadas ligeras aquellas cuyo peso por metro cuadrado es inferior a 200 kg y fachadas pesadas al resto.

14.4.14

PATOLOGÍAS: MEDIANERAS EN EDIFICACIONES URBANAS

Sucesos
Las medianeras son elementos fijos que hay que afrontar en edifi caciones urbanas, y que en la mayoría de los casos se conoce muy poco sobre ellas, ya que no sólo podemos enfrentarnos a medianeras antiguas realizadas con muros de mampostería, sino que también existen medianeras realizadas con ladrillo que escapan a nuestras consideraciones por calcular equivocadamente que son más recientes.
¿Qué es una medianera? Parece que todo el mundo podría responder a esta pregunta, pero ¿quién sabe cómo funciona una medianera legalmente? En esta ocasión intentaremos contestar a esta pregunta desde una visión jurídico-técnica, pues existe un elevado numero de reclamaciones por daños a edificios colindantes.


Análisis de los hechos
Cuando nos enfrentamos a la realización de una obra, ya sea de nueva planta, rehabilitación o derribo, tendremos una o varias medianeras a resolver, con proyectos cada vez más ajustados que intentan optimizar un solar con unas repercusiones de suelo cada vez mayores, en las que ganar una medianera de 80 cm puede suponer la realización de estancias más amplias y con mayor gancho comercial. Por lo tanto, parece lógico que un elemento tan presente en nuestras obras deba ser tratado con respeto y, sobre todo, sepamos cómo funciona.
Las causas más habituales que desembocan en la redacción de informes periciales son:
1. Derribo de toda la medianera.
2. Derribo de parte de la medianera.
3. Recorte de la mitad de la medianera para hacer coincidir los plomos superiores.
4. Una vez sobrepasada la medianera, invadirla con la estructura.
5. Embutir elementos estructurales en la medianera.
6. No realizar la medianera defi nida en proyecto porque no cabe, aprovechando la existente.
7. Elevación de la mitad del ancho de la medianera hasta la cota del primer forjado.
8. Elevación de todo el ancho de la medianera hasta la cota del primer forjado.


Fundamentos de los hechos estudiados
La definición, identificación y propuesta funcional de una medianera viene descrita en el Código Civil, artículos 571 a 574 de la Sección Cuarta, del Titulo VII de las Servidumbres. Así pues, tomaremos cada situación expuesta con anterioridad y aplicaremos lo descrito en el Código Civil para comprobar cuál habría sido la decisión mas acertada que no hubiera obligado a una reclamación.
1. Derribo de toda la medianera.
2. Derribo de parte de la medianera.

Estas acciones fueron llevadas a cabo para ganar una mayor superfi cie en el solar, sin embargo una medianera nunca deberá ser derribaba si el medianero sigue utilizándola para su edifi cación. El articulo 576 indica que: “Si el propietario de un edifi cio que se apoya en una pared medianera quisiera derribarlo, podrá igualmente renunciar a la medianería, pero serán de su cuenta todas las reparaciones y obras necesarias para evitar, por aquella vez solamente, los daños que el derribo pueda ocasionar a la pared medianera”.


3. Recorte de la mitad de la medianera para hacer coincidir los plomos superiores.
En algunas ocasiones nos encontramos con una medianera en la que existe un resalte a la mitad del muro sobre el que se desconoce cómo actuar. En primer lugar hay que saber si el muro que estamos analizando es una medianera o no. Si lo es, no podremos derribar su mitad y tan sólo podremos introducir elementos estructurales hasta su mitad. Por el contrario, si no existe la servidumbre de medianería no podremos realizar nada sobre ella ya que el muro no será nuestro.
4. Una vez sobrepasada la medianera, invadirla con la estructura.
5. Embutir elementos estructurales en la medianera.

Estas acciones están generando la mitad de los informes periciales sobre medianeras, pues existe una máxima por la cual si sobrepasamos la medianera por la parte alta podemos invadirla, e incluso si estamos por debajo de la misma también, de tal manera que se están empotrando las cimentaciones bajo la totalidad de la medianera y se están haciendo coincidir los bordes del forjado con la cara exterior de la medianera, con la intencionalidad siempre de ganar superfi cie de solar. En realidad, el medianero solo podrá introducir elementos estructurales (pilares, forjados, zunchos, vigas, zapatas, losas, etc.) hasta la mitad de la medianera existente. El artículo 579 establece que: “Cada propietario de una pared medianera podrá usar de ella en proporción al derecho que tenga en la mancomunidad; podrá, por lo tanto, edifi car apoyando su obra en la pared medianera, o introduciendo vigas hasta la mitad de su espesor, pero sin impedir el uso común y respectivo de los demás medianeros…”


6. No realizar la medianera defi nida en proyecto porque no cabe, aprovechando la existente.
Sobre esta práctica hay varias circunstancias que se deberían conocer antes de tomar esta decisión, y por la que existe también un gran numero de informes periciales. Es evidente que tomar esta decisión contradice las prescripciones definidas en proyecto, en las que indicará seguramente un doble tabique con cámara y aislamiento, sin embargo existen muchos casos de nuevos cálculos con la medianera existente para comprobar el cumplimiento de las normativas vigentes. Cálculos que si están correctamente realizados serán totalmente válidos, sin embargo este perito considera que tras la realización de un gran número de informes periciales, estas medianeras sin doblar con ninguna fábrica de ladrillo dan lugar a fi suras y entradas de agua por escorrentía interna entre edificaciones y, por lo tanto, siempre deberán estar dobladas como mínimo con un tabique de 9 cm. Claro está que la realización de este tabique obligará a la redistribución interna de la vivienda afectada y ocasionará una pérdida superfi cial que deberá ser enunciada al cliente final, para evitar futuras reclamaciones por pérdida superficial.
Concluyendo que si damos como válida una medianera preexistente, estaremos asumiendo la responsabilidad y garantía de un muro del que desconocemos sus materiales, su método de ejecución y su estado actual.
7. Elevación de la mitad del ancho de la medianera hasta la cota del primer forjado.
8. Elevación de todo el ancho de la medianera hasta la cota del primer forjado.

Si hemos identificado correctamente una medianera, hemos embutido hasta la mitad los elementos estructurales de nuestra estructura, y resulta que el muro ha quedado por debajo del primer forjado o por encima de éste sin llegar al segundo, ¿qué deberemos hacer?: Derribar la parte de medianera que está por encima del forjado, elevar la mitad de la medianera hasta el siguiente forjado o elevar toda la medianera hasta el siguiente forjado. Inicialmente no podremos derribar la medianera, y en segunda instancia según se expone en el artículo 577 “Todo propietario puede alzar la pared medianera, haciéndolo a sus expensas e indemnizando los perjuicios que se ocasionen con la obra, aunque sean temporales….”, por lo tanto la solución apropiada sería elevar al menos la mitad de esta medianera hasta la cota del próximo forjado.


Recomendaciones de actuación
Como se puede imaginar, la casuística que podemos encontrar sobre medianeras es muy amplia, sin embargo se expone a continuación una serie de refl exiones que todo técnico se debería plantear:
ß Identificar si el muro que compartimos es una medianera. Artículo 572. Se presume la servidumbre de medianería mientras no haya un título, o signo exterior, o prueba en contrario:
1. En las paredes divisorias de los edifi cios contiguos hasta el punto común de elevación.
2. En las paredes divisorias de los jardines o corrales sitos en poblado o en el campo.
3. En las cercas, vallados y setos vivos que dividen los predios rústicos.
Artículo 573. Se entiende que hay signo exterior, contrario a la servidumbre de medianería:
1. Cuando en las paredes divisorias de los edifi cios haya ventanas o huecos abiertos.
2. Cuando la pared divisoria esté por un lado recta y a plomo en todo su paramento, y por el otro presente lo mismo en su parte superior, teniendo en la inferior relex o retallos.
3. Cuando resulte construida toda la pared sobre el terreno de una de las fi ncas, y no por mitad entre una y otra de las dos contiguas.
4. Cuando sufra las cargas de carreras, pisos y armaduras de una de las fi ncas, y no de la contigua.
5. Cuando la pared divisoria entre patios, jardines y heredades esté construida de modo que la albardilla vierta hacia una de las propiedades.
6. Cuando la pared divisoria, construida de mampostería, presente piedras llamadas pasaderas, que de distancia en distancia salgan fuera de la superfi cie sólo por un lado y no por el otro.
7. Cuando las heredades contiguas a otras defendidas por vallados o setos vivos no se hallen cerradas.
En todos estos casos la propiedad de las paredes, vallados o setos se entenderá que pertenece exclusivamente al dueño de la fi nca o heredad que tenga a su favor la presunción fundada en cualquiera de los signos indicados.
ß Si no es una servidumbre de medianera, evidentemente no tendremos que tomar ninguna decisión sobre un muro que no nos pertenece. Por el contrario, si existe tal servidumbre, analizaremos qué tipología estructural y cerramiento se ha proyectado para comprobar su viabilidad según el artículo 579 anteriormente citado.
ß También puede ocurrir que si dos medianeros coinciden en la edifi cación de una obra de nueva planta, ambos deseen eliminar el muro y, por lo tanto, liberar a las edificaciones de tal servidumbre de medianería para la nueva edificación.
ß Las alturas de las medianeras vendrán determinadas según las edificaciones preexistentes. Por lo tanto, comprobaremos si nuestro forjado queda por encima o por debajo de éste, aplicando el artículo 577 anteriormente citado.
ß Para finalizar, si durante el proceso constructivo la medianera sufriese algún desperfecto, tendrá que ser reparado por el causante, pero no debemos olvidar que existe la “picaresca del medianero”. Por tanto, antes de comenzar una obra deberíamos comprobar en qué estado se encuentra la medianera e incluso la realización de una acta notarial para testifi car la presencia de fi suras, huecos, desconchados, desplomes, instalaciones, etc. Para poder requerir al medianero las labores de conservación según el artículo 575 “La reparación y construcción de las paredes medianeras y el mantenimiento de los vallados, setos vivos, zanjas y acequias, también medianeros, se costeará por todos los dueños de las fi ncas que tengan a su favor la medianería, en proporción al derecho de cada uno. Sin embargo, todo propietario puede dispensarse de contribuir a esta carga renunciando a la medianería, salvo el caso en que la pared medianera sostenga un edifi cio suyo.” Y no acabar rehaciendo la casa del vecino con unas magnificas paredes lisas que inicialmente no tenía.

Rafael Cebrián Picó
Arquitecto Técnico

7.4.14

BARRERA DE VAPOR

Necesidad de Barrera de Vapor en distintas soluciones constructivas
De acuerdo con el Documento Básico de Ahorro de Energía (DB-HE) del Código Técnico de la Edificación: los edificios dispondrán de una envolvente de características tales que reduzcan el riesgo de aparición de humedades de condensaciones superficiales e intersticiales. El Documento hace referencia a todos los edificios de nueva construcción y a las modificaciones, reformas o rehabilitaciones de edificios ya existentes con una superficie útil superior a 1000 m2 donde se renueve más del 25% del total de sus cerramientos.
La condensación de vapor de agua depende de la cantidad de vapor presente en el aire (presión de vapor) y de la temperatura.
La concentración máxima de vapor de agua en el aire (presión de saturación de vapor) es función de la temperatura. El aire frío permite una menor cantidad de vapor de agua que el aire caliente.
El fenómeno de condensación se producirá, cuando la presión de vapor del aire (cantidad de vapor de agua) sea mayor que la presión de saturación del aire a esa temperatura.
Por este motivo, si no disponemos de un buen aislamiento o incluso de una barrera de vapor en ambientes húmedos y fríos, tendremos riesgo de condensaciones en las superficies frías de las distintas capas del cerramiento.
La necesidad de introducir en nuestro cerramiento una barrera de vapor dependerá de:
• Condiciones exteriores, temperatura y humedad relativa del mes de Enero.
• Condiciones interiores, 20 ˚C y una humedad relativa de 55% (clase higrométrica 3).
• Solución constructiva del cerramiento.
Las siguientes tablas corresponden a un estudio de condensaciones conforme al DB-HE para los cinco sistemas de fachada más característicos en todas las zonas climáticas de España. Tomando una ciudad de referencia para cada zona climática, comprobamos si se producen condensaciones superficiales y/o intersticiales.
El objetivo del Documento es: evitar la formación de mohos superficiales y que la posible condensación de agua en el interior del cerramiento no merme las propiedades térmicas de éste.
El Documento Básico exime de cálculo a los muros que dispongan en su interior de una barrera de vapor en la parte caliente, siempre que sea continúa (Pto 3.2.3.2 parte 4 del DB-HE).
Los sistemas constructivos estudiados son los siguientes:
















Conclusiones
Tomando como base los resultados obtenidos en las simulaciones expuestas en este documento,se recomienda la instalacion de una barrera de vapor, en todas aquellas zonas que sean frias en Invierno y con un grado de humedad moderado.
Resumen: ver cuadro adjunto.

3.4.14

INSTALACIÓN DE CONDUCTOS DE CLIMATIZACIÓN (III)

Fabricación de Conductos Rectos
Los tramos rectos son las figuras más sencillas y rápidas de realizar. Con las Herramientas CLIMAVER MM y la Regla-escuadra CLIMAVER MM se simplifica aún más la fabricación de estos tramos, ya que eliminan las operaciones de medida y marcaje a ambos lados del panel, necesarias para la colocación de la guía de deslizamiento de las herramientas.
Los tramos rectos son los elementos de base para la fabricación de las diferentes figuras de la red de conductos usando el Método del Tramo Recto, de ahí que este método sea el más rápido y sencillo.
En los dibujos siguientes se muestran las distintas formas de fabricar un conducto recto dependiendo del tamaño de los paneles disponibles y de la sección del tramo a fabricar.


El aprovechamiento de «retales» de panel o la necesidad de construir conductos de gran sección nos orientarán hacia la forma más lógica de fabricar el conducto. El trazado y corte se debe realizar por la cara interior del panel, y a partir del borde macho del panel.
Fabricación de un Conducto Recto de una Pieza
Se trata de realizar un tramo recto de medida interior axb. Todos los cortes descritos se realizan partiendo del canto macho del panel y avanzando hacia el hembra.
1. Se colocará la Regla-escuadra CLIMAVER MM con la medida de uno de los lados de la sección interna del conducto a obtener a, de forma que coincida con el borde izquierdo del panel CLIMAVER (1). Se pasará la herramienta CLIMAVER MM con punto ROJO (2).


2. Se colocará la Regla-escuadra CLIMAVER MM con la medida b del otro lado de la sección interna del conducto a obtener a partir del corte situado más a la derecha realizado por la herramienta de punto ROJO que venimos de emplear (3). En dicha medida, se pasará la herramienta CLIMAVER MM con punto ROJO (4).


3. Se repetirá el paso 2) pero con la medida a, colocando la medida en el último corte (5) y pasando de nuevo la herramienta CLIMAVER MM de punto ROJO (6).


4. Por último del mismo modo que en 2) y 3) se colocará la regla-escuadra en la medida b a partir del último corte derecho (7), pero en lugar de pasar la herramienta de punto ROJO , se pasará la herramienta CLIMAVER MM con punto AZU L (8), encargada de realizar la última ranura a media madera y de dejar la solapa para el grapado.
C on el cuchillo se dará un corte para separar la parte de panel sobrante. Para eliminar las tiras cortadas se levantará el panel colocando un dedo en la parte inferior del mismo, a la altura de la tira que ahora podrá extraerse con facilidad.


En resumen: la regla escuadra transporta las medidas de la sección interior del conducto a x b desplazándose hacia la derecha a partir del último corte, pasando 3 veces la herramienta con punto ROJO y al final, la herramienta AZUL.
En la figura se realiza un esquema de las medidas en mm, las cuchillas a utilizar y dónde se deben aplicar, si no se utilizara la regla-escuadra. En caso de utilizar la regla, ésta descuenta automáticamente los 40 mm y las medidas son directas.
Si se ha utilizado todo el ancho del panel (1,19 m) se tendrá el machihembrado necesario para las uniones con el resto de los conductos. Si no fuese así, se deberá hacer el macho y/o la hembra utilizando para ello la herramienta con empuñadura circular NEGRA .
La unión de los extremos del panel para conformar el tramo recto debe realizarse, en el caso del Sistema CLIMAVER Metal, colocando los perfiles PERFIVER L en las ranuras (ver siguiente apartado) y, en todos los casos, doblando el panel por las zonas cortadas formando una sección rectangular de conducto inclinada, es decir forzando el conducto con ángulos ligeramente menores al deseado (90º) para que la unión quede tirante y fuerte. Uno de los extremos del panel llevará una prolongación del revestimiento exterior que se grapará superpuesto al otro extremo.


Colocación del PERFIVER L en conductos del SISTEMA CLIMAVER METAL
La fabricación de un tramo recto de conducto del SISTE MA CLIMAVER META L se basa en lo anterior, común a todos los conductos de la gama CLIMAVER, pero a diferencia de estos, en cada ranura de «media madera» efectuada por las herramientas de corte se coloca un perfil PER FIVER L, de 1,155 m de longitud para reforzar la junta longitudinal interior del conducto recto.


Fabricación de un Conducto Recto en Dos Piezas
Se marcarán sobre el panel, partiendo del borde izquierdo y de forma consecutiva, las medidas de la base del conducto que se quiera realizar y seguidamente la altura.
Se pasará por la primera medida la herramienta con punto ROJO y por la segunda la de punto AZUL.
El resto del proceso se realiza como en el caso anterior.


En la figura se realiza un esquema de las medidas en mm, las cuchillas a utilizar y dónde se deben aplicar. La Regla-escuadra CLIMAVER MM descuenta automáticamente los 40 mm.
Fabricación de un Conducto Recto de una Pieza en -U- y Tapa
Sólo se diferencia del proceso anterior en la obtención de la U, que se realizará colocando la regla-escuadra a la medida de la altura a para pasar entonces la herramienta con punto ROJO.
Desde el último corte derecho se medirá con la regla-escuadra el ancho b y se pasará de nuevo la herramienta con punto ROJO . Finalmente, desde el último corte mediremos la altura a y por esta marca pasaremos la herramienta con punto AZUL.


Fabricación de un Conducto Recto en Cuatro Piezas
Esta pieza es fundamental para todas las figuras que se desarrollan según el Método por Tapas, aunque para los conductos rectos sólo tiene sentido en aquellos de gran sección. Se desarrolla a partir de cuatro tapas de igual forma aunque, para un conducto rectangular, de distintas medidas (dos de ellas; a - 40 mm, y las otras dos; b – 40 mm).
Así, las cuatro caras tendrán un lado cortado con cuchillo, sin canteado, y el otro lado cortado con la herramienta con punto AZU L, de manera que quede solapa para poder sellar el conducto.
La medida de las tapas se obtiene con a – 40 mm a partir del borde izquierdo del panel, donde a es la base de la sección interior del conducto. Una vez marcada dicha medida la haremos coincidir con la guía y pasaremos la herramienta CLIMAVER MM con punto AZU L. Cortaremos el panel por la línea obtenida y limpiaremos la solapa.
Se repetirá el proceso para obtener la otra tapa 1, y también para las tapas 2 y 4 pero, obviamente, sustituyendo la medida a – 40 mm, por b – 40 mm.
Por último, para la obtención del tramo recto se procederá a grapar la solapa de cada tapa al borde recto de la siguiente, se colocarán los perfiles PER FIVER L (en el caso del CLIMAVER Metal) y se cerrará el conducto con la cuarta tapa, grapando y sellando con cinta cada unión.
Insistimos en que, en caso de utilizar la regla-escuadra, no es necesario descontar los 40 mm, y basta con tomar directamente las medidas a y b.