1.- INTRODUCCIÓN
Las grietas constituyen la manifestación de algún defecto en las edificaciones, en donde estas grietas pueden deberse a multitud de causas y factores. Con el análisis morfológico de las grietas podremos comprender los movimientos que ha sufrido la estructura y así llegar a un diagnóstico sobre el origen del problema.
Sólo a partir de ahí, puede plantearse una terapéutica adecuada y en su caso, las medidas de prevención adecuadas para evitar que el daño se repita.
Un análisis completo debe abarcar tanto la disposición actual como las evoluciones que se han ido produciendo en el tiempo.
2.- TOMA DE DATOS. Análisis del estado actual
En las primeras fases de estudio se deberá de recabar toda la información posible acerca del inmueble que sufra la patología. Información en cuanto al terreno sobre el cual se asienta el edificio y las características geotécnicas del terreno, planos del proyecto (tanto básico como de ejecución), antiguos usos del terreno en el cual se localiza el edificio, etc.
Se hace una inspección ocular de las grietas, debiendo describir tantas grietas como se encuentren. Finalmente, debemos disponer de fotos de los daños para su consulta y análisis en gabinete.
Se ha de realizar una descripción lo más detallada posible, en la que se determine tanto los elementos afectados como sus características en el momento de la toma de datos. Es un paso muy importante el caracterizar en el tiempo las grietas para, sobre el registro de su evolución, poder evaluar y comprender su cinemática.
Las características a destacar de las grietas debe hacerse con el mayor grado de exactitud posible, definiendo su apertura y si la apertura es uniforme, si se trata de una grieta lisa u ondulada, continua o discontinua, si existen indicios de movimiento a ambos lados de la grieta, ... Debe indicarse el sentido de movimiento relativo de las dos caras de la grieta, mediante flechas, etc.
Es necesario que se representen las grietas con todas sus características para tener una visión de conjunto y poder analizar las posibles causas. La representación de estas grietas se suele hacer en planos de planta y/o secciones verticales. En los planos deben estar definidos los huecos de ventanas y puertas pues constituyen zonas de debilidad y de acumulación de tensiones.
Al objeto de poder definir la magnitud de cualquier anomalía se suele instrumentar los elementos fundamentales de las estructuras afectadas y del terreno colindante para medir los movimientos verticales, horizontales, giros, ... etc
Hay métodos más o menos sofisticados para llevar un control de la evolución de la patología. Todos ellos pasan por medir la amplitud de las grietas y controlar el avance de otras deformaciones que paralelamente sufra la construcción: abombamientos, inclinaciones, desplome, etc
Para el estudio y control de la evolución de las grietas, el método más sencillo y eficaz es la instalación de testigos de yeso o cristal en los puntos más significativos de las grietas más representativas, anotando la fecha de la colocación.
Para decidir el sistema a emplear, habrá que tener en cuenta la rigidez del material testigo respecto a la intensidad y velocidad de avance de la grieta. Los testigos de cristal son más sensibles a los movimientos que los testigos de yeso, con lo cual su aplicación permitirá detectar movimientos de menor escala.
Los testigos de yeso permiten observar la evolución de fisuras y grietas y determinar la velocidad de la deformación. Si su progresión es muy lenta esto puede llevar años, incluso se pueden colocar estos testigos sobre fisuras de forma preventiva, mediante su comprobación periódica determinaremos si su evolución hacia la consideración de grieta es más o menos rápida, lenta o nula. Con ello concluiremos el riesgo que supone para la seguridad estructural del conjunto.
Cuando se trata de grietas ya definidas, y sobre todo de progresión más rápida, se utilizan aparatos de medición más precisos como el de la figura 3.
Para medir la velocidad de apertura de grietas se usan micrómetros o defórmetros. Son aparatos de precisión hasta décimas de milímetro, se basan en mediciones de la variación de longitud de los lados de un triángulo equilátero. El defórmetro proporciona datos de apertura de la grieta y también del movimiento relativo en su misma dirección.
Los datos obtenidos sobre las grietas han de contrastarse con las mediciones de giros, inclinaciones y desplomes.
Hay aparatos específicos para estas mediciones: dianas, plomadas ópticas, mira Invar, niveles fotográficos de precisión, inclinómetros... que se han ido perfeccionando y sofisticando con las nuevas tecnologías.
3.- CINEMÁTICA. Análisis de la evolución
Con todas estas medidas se lleva un registro y se elaboran escalas de referencia y gráficos de evolución.
Herramientas fundamentales para hacer una diagnosis y evaluar la intensidad del daño, y prever su posible evolución.
A partir de aquí determinaremos la urgencia de la reparación y el mejor modo de acometerla. Incluso, si esto fuera posible, eliminar la causa origen.
5.- CONSIDERACIONES FINALES
Posteriormente a la etapa de toma de datos y estudio de la cinemática de las grietas, podremos estudiar su morfología y deducir su origen. Con esto podremos tener una idea muy precisa de cuáles son las causas primeras de la patología y a partir de ahí plantear una terapia adecuada.
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